LOS
ANCESTROS LONGEVOS DE VALENTINA
23/mayo/2011 JAN
¡Valentina,
muñeca acabada de nacer, que llegaste a este mundo en el tren del siglo 21!
Tienes ancestros longevos que nos hablan de historias centenarias y años
perdidos en el tiempo: por el lado de tu papito son ancestros seculares, como
el de tu bisabuelo José Enrique Andrade Soasti que vivió activo casi 95 años y
murió como los patriarcas antiguos, enfermos solo de años; tu bisabuela Ana
Isabel Noboa que, después de cumplir 101 años de vida, murió sana y buena,
cuando poco antes podía ganar una partida de ajedrez y hacer cálculo mental. Tu
bisabuelo José A. Luna Rodríguez vivió 95 años fecundos y murió de pie, como
los eucaliptos serranos. Tu bisabuela Margarita Navarrete, a la hora de
escribir esta nota, vive todavía con euforia y a sus casi 90 años ha tenido
ojos y corazón para tejerte, con sus manos, cinco juegos de chambritas para tu
nacimiento. Por el lado de tu mamita, tu bisabuelo Alonso Cabezas Almeida se
mantiene saludable y terco con la vida, y frisa por sus 93 años; tu bisabuela,
Bachita Murgûeytio, tras una jornada vivida a cabalidad murió lúcida a sus 88
años. Tu bisabuelo José Gabriel Pérez Sánchez, a sus 89 años se aferra todavía
a este mundo, igual que tu bisabuela Rosa Emilia Moreno Londoño que, a sus 91
años, vive todavía saludable en Medellín.
Valentina,
todo hombre quiere una vida larga. Por el deseo de vivir, muchos se
contentarían con la longevidad, sin exigir beatitud de vida. Por lo demás, cada
bebé nace con sus años contados, largos o cortos, pero el augurio de cada uno
queda bajo siete llaves. ¿Con qué pronósticos naciste, Valentina? Imposible
romper tu secreto, pero no olvides cuando leas esta nota, que tu abuelo Jorge,
que hoy frisa por los 81 años, anheló vivamente que tu paso por el tiempo fuera
un alegre trajinar de pie ligero, que dejara en su camino, para propios y
extraños, una huella perfumada de flores y bondad.
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