AMOR CONYUGAL EN LA DCE

EL AMOR CONYUGAL  JAN

1.    Planteamiento del tema

a)    Interés de conocer la Deus Caritas Est y sus grandes temas sobre el amor. Una encíclica a tono con nuestros tiempos que nos habla del amor con que Dios nos colma y que debemos comunicar a los demás, en un mundo cargado de violencia y odio y en donde se relaciona el nombre de Dios, a veces, con la venganza; una encíclica que toca con apertura y sencillez temas que jamás fueron tratados en una encíclica, que no tiene problema en reconocer ciertas posiciones menos sólidas de la Iglesia y que se pone del lado del mensaje más genuino de Jesús.

El Papa comienza por decirnos con el Deuteronomio que Dios es uno y creador de todo y por eso ama al mundo y particularmente al hombre. Con san Juan se da más luz a esta verdad: Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. Luego la respuesta del hombre: Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.  Pero “si alguno dice: amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso, porque si no ama al prójimo a quien ve ¿Cómo amará a Dios a quien no ve?

b)    El amor conyugal: Entre todos los amores destaca como arquetipo por excelencia, el amor entre hombre y mujer, en el que intervienen cuerpo y alma, con la promesa de una felicidad inebriante y superando por su originalidad a  los demás tipos de amor. Sin embargo, el matrimonio, tenido siempre como el trono del amor, parecería zozobrar en nuestro tiempo en un mar convulsionado por vientos de erotismo, hedonismo, ruptura de principios y proclamación de libertad frente a toda norma anterior. Un autor desaprensivo escribía que “el matrimonio es la tumba del amor”; en todo caso el matrimonio ya no es para las buenas y las malas, “hasta que la muerte nos separe”...

En nuestro medio social, también se puede hablar de una crisis del matrimonio, sin que sean excepción los matrimonios antiguos (parejas con 60-65 años, o más); esta crisis a veces llega a ser ruptura total, otras ruptura sin separación, a veces enfriamiento grave, a veces el amor sigue presente pero ha envejecido.

c)    Causas de la crisis (ensayo):

*    El síndrome del nido vacío: terminación de la importante actividad de atender a los hijos que ocuparon 20 o 30 años de la vida del matrimonio; de pronto los hijos se van, la casa queda vacía...la mesa con cubiertos sólo para dos...Esta situación no sólo produce nostalgia sino que puede producir un síndrome, especialmente en la mujer.

*    La jubilación: ya no tengo el antiguo trabajo; no tengo el ambiente en que antes pasaba la mayor parte de mi tiempo; no sé en qué gastar mi tiempo; no gano nada, soy un don nadie.

*    La soledad: No me veo con nadie; no tengo muchas ganas de salir; no hay quien me acompañe a la calle. A la gente de mi edad no le gusta reunirse.

*    Cada cosa a su tiempo, pero en la edad en que estoy ya no es tiempo de nada, de emprender en algo, de comenzar a estudiar algo, de hacer deporte, investigación..., ni siquiera de hacer viajes de turismo.

*    Debilitamiento y fin de las relaciones sexuales: mi pareja no tiene el atractivo de antes; fin de relaciones sexuales y menopausia; este fenómeno puede ser destructivo del amor y las buenas relaciones conyugales.

*    «Se nos rompió el amor, de tanto usarlo»: no hubo remozamiento del amor; se anquilosó y hoy no me sabe a nada.

*    Pérdida de los principios morales: no quiero sacrificarme por la pareja, qué me importa si quiere ser como es; una separación moralmente hablando nada significa para mí; menos un enfriamiento.

*    Desequilibrios orgánicos que cambian la conducta: debidos a enfermedad, sordera, comienzo de ceguera, a los medicamentos, o a depresión... a hipertensión, a la menopausia, etc. Estos son desequilibrios involuntarios, pero pueden modificar mucho la conducta del afectado. Cuánto humanismo y virtud necesita el ótro para darse cuenta del origen del cambio de su pareja y para responder sin desprecio y hostilidad sino con afabilidad.

*    Falta de diálogo: puede ablandar las voluntades, cosa indispensable: sin un primer ablandamiento imposible entender razones. Además, se podrá conocer generalmente que la conducta del otro, que me molesta, no procede de mala intención, sino de errores, complejos, afecciones orgánicas (Freund)... Hay que animarse a dar el primer paso.

2.    ¿Cómo trata el Papa los temas del amor? (2);

2.1   Eros y Ágape, diferencia y unidad (3-8):

+  el Eros griego, ¿Qué palabra usa la Biblia? (El AT usa 2 veces la palabra «eros»; el NT nunca usa (3) esta palabra, sino «ágape»

+  crítica de Nietzsche (3, pág. 12): «el cristianismo dio al Eros un veneno que no lo mató, pero le hizo degenerar en vicio»: con sus prohibiciones hace amargo lo más hermoso de la vida.

+  los excesos del Eros (prostitución religiosa);

+  el Xrsmo ¿ha destruido el Eros? (4)

+ el Cristianismo no se opuso al Eros sino a esta perversión religiosa (4 pág 14);

+  por eso el Eros necesita purificación y maduración (4);

+  conclusión (5): hay una cierta relación entre el Amor y Lo Divino, pero el camino no es el mero instinto, sino la purificación y enriquecimiento que incluyen renuncia. Lo exige la constitución humana: alma y cuerpo; ni la carne ni el espíritu aman sino el hombre...Esta es la maduración del Eros. Se reprocha al cristianismo quitar espacio a la corporeidad, pero tampoco es buena la exaltación del cuerpo y del sexo en el amor. El Eros convertido en sólo sexo es mercancía y degradación (5).

2.2    El camino de purificación del Eros (6 y 7): ¿Cómo vivir el amor para que llegue a ser instrumento transformador de la vida? Una primera indicación nos la da el Cantar de los Cantares: en donde se llama DODIM al amor incipiente, inmaduro, y se usa AHABÁ para referirse al amor enriquecido, palabra aramea que ha sido traducida al griego como AGAPE: el amor ha llegado a ser descubrimiento del otro, por encima del egoísmo; no solo la propia felicidad, sino la del otro, llegando a la renuncia y al sacrificio (6).

Las diferentes clases de amor (Eros-Ágape, amor posesivo-amor oblativo, amor concupiscente-amor benevolente, amor ascendente- descendente) se han radicalizado en el fragor del debate filosófico-teológico, y hasta se han contrapuesto. El Ágape o amor descendente es el amor cristiano y el Eros o amor ascendente es el de la cultura griega pagana.

Si se llevara al extremo el antagonismo, la esencia del cristianismo quedaría desvinculada de la realidad humana. En realidad Eros y Ágape nunca llegan a separarse; cuanto más encuentran ambos su justa medida en la única realidad del amor, mejor se realiza la verdadera esencia del amor. Una persona irá encontrando a la otra y saliendo de sí mismo para buscar la felicidad del otro. Así se irá insertando el ágape en el Eros, hasta formar con él un amor integrado, capaz de buscar la felicidad del otro, incluso en la renuncia de sí mismo.

Ahora bien, el amor no sólo debe dar; debe también recibir el don del amor: cierto que el hombre puede convertirse en “fuente de la que manan ríos de agua viva (Jn 7,37), pero para ello es preciso que ese amor se realimente en la fuente originaria que es Jesucristo: el agua yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna (Jn 4,14).

En la escalera de Jacob, por la que subían los ángeles hasta el cielo y volvían a bajar a la tierra, han visto realizada esta relación inseparable entre ascenso y descenso, entre Eros que busca a Dios y Ágape que transmite el don recibido (7).

2.3   Las respuestas (8): Hemos encontrado la respuesta a la  primera pregunta: EL AMOR ES UNA UNICA REALIDAD si bien con dimensiones diferentes. Si éstas están bien integradas, el amor llega a su más alto nivel. En caso contrario el amor se convierte en caricatura.

La respuesta a la segunda pregunta: la fe cristiana o bíblica NO CONSTRUYE UN AMOR CONTRAPUESTO AL FENÓMENO AUTÉNTICO DEL AMOR HUMANO, porque engloba al hombre entero, alma y cuerpo. (8)

3    A la luz de la Biblia

3.1   La soledad de Adán (11): No es bueno que el hombre esté solo, le daré un ser semejante a él para que lo ayude (Gn 2,18). Recordar el mito de Platón: la esfera cortada por la mitad. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne (Gn 2,24). Es la imagen de la soledad esencial, siempre en busca de su otra mitad, para recuperar su integridad, a cualquier costo.

Destaquemos dos aspectos: (a) El Eros está enraizado en la naturaleza del hombre y éste siente una necesidad esencial de su pareja; sólo ambos unidos representan a la humanidad y son uno solo; (b) el Eros orienta al hombre hacia el matrimonio, un vínculo marcado como único y definitivo. Esta estrecha relación bíblica entre Eros y matrimonio no tiene parangón en la literatura extraña a la Biblia.

3.2   La media naranja (11): Entonces Yahvé hizo caer en un profundo sueño al hombre. Le sacó una de sus costillas; de la costilla que Yahvé había sacado al hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre (Gn 2,21). Dios hizo dormir a Adán probablemente para hacerle soñar en la mujer que estaba formando de él y para que Adán creyera que ella era creación de sus sueños. No formó Dios del barro a la mujer sino de la costilla del hombre, para demostrar que ambos estaban hechos de la misma masa y que eran una misma cosa.

3.3   El piropo transcendental de Adán (11): Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne (Gn 2,23). Era lo más profundo y cariñoso que podía decir Adán, cuando reconocía la total identidad y unidad de la mujer que tenía ante sí; al  mismo tiempo reconocía la i-identidad de destinos. Nunca había dicho tal cosa Adán respecto de los animales creados por Dios, a los que él había puesto nombres y a los que dominaba y le obedecían.

3.4    El matrimonio bíblico (11): Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne (Gn 2,24) . Desde entonces están unidos los destinos de hombre y mujer para vivir dentro del paraíso y para peregrinar fuera de él. Es el matrimonio uno e indisoluble. En las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe.

4    El matrimonio ¿cielo o infierno?

4.1  Desde que Adán y Eva fueron echados del paraíso por haber comido la manzana prohibida, el matrimonio puede ser cualquiera de las dos cosas. Que sea una u otra depende, en un grado muy alto, de nuestra voluntad.

4.2   El matrimonio es una mini sociedad que cuenta con todos los elementos para ser perfecta y feliz: personas (medias naranjas e hijos muy amados por sus padres, fin común, voluntad solidaria, el amor entre los miembros de esta mini sociedad es en factor que no se encuentra en las otras sociedades). Lo importante es que tienen que estar activados esos elementos.

4.3   Para ello hay que purificar y enriquecer el Eros para dar entrada al Amor (Ágape), que hará posible que cada uno procure el bienestar de la pareja, hasta la renuncia de los propios deseos...

4.4   Es claro que en este esfuerzo no hay que dejar sola a la pareja: ambos deben tender al mismo objetivo y lograrlo será más fácil.

4.5   Parece muy importante tomar en cuenta que no podremos dar amor a la pareja, si como nos dice el Papa, no nos realimentamos en el amor de Jesucristo, la fuente primigenia del amor; es cierto que el hombre puede convertirse en fuente de la que manen ríos de agua viva, pero sólo bebiendo en la fuente primaria que es Jesucristo. Sólo entonces podrá dar amor a su pareja (la escalera de Jacob, el amor ascendente hacia Dios y el amor descendente hacia la pareja).

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